17 nov 2010

Criminales

Sólo con esa palabra se puede describir a los asesinos disfrazados de hinchas de Boca que tiraron más de 50 bengalas prendidas a la Centenario Baja, con el único objetivo de dañar e impactar a los miles de socios millonarios que se encontraban en ese sector. Fue un milagro que no haya habido heridos de gravedad, producto de este hecho totalmente irresponsable y criminal que excede al folclore. La Policía hizo la vista gorda, como siempre. Además, destrozaron y arrojaron también cientos de butacas. ¿River tomará alguna acción formal para reclamar por esta locura?
Consternación, quizás, es esa la palabra que mejor describa lo que sentíamos miles de hinchas (más allá de los colores) ayer en el Monumental, cuando veíamos que cientos de irresponsables disfrazados de hinchas del rival de toda la vida intentaban, como en una guerra de pandillas, impactar y quemar al contrario. Lo cierto es que la barra brava visitante ingresó al Estadio Monumental, con total complicidad policial, cientos de bengalas.

Hasta ahí, puede considerarse hasta folclórico si uno hace la vista gorda y, nos guste o no, son acuerdos en los que el hincha común no interviene y en los que en esta Argentina repleta de pactos y corrupción no sorprende. Lo que sí sorprende es que habiendo tenido el "permiso" o "pacto" para ingresar estos elementos, les dieran el fín que todos observamos: dañar y, por qué no, matar, como ya ocurrió en otros países como Perú (con un hincha que una bengala se le clavó literalmente en la cabeza y lo mató en el acto).

Pero la barbarie y la agresión de este grupo de hinchas visitantes no terminó ahí, como lo hacen todos los años y nunca ocurre nada arrancaron de cuajo cientos de butacas de la cabecera Centenario Alta y las tiraron hacia abajo. También se vio volar una camilla. Esta vez, de milagro, no hubo heridos de gravedad pero queda la inmensa preocupación de que cada vez que un equipo visitante viene a River, destroza y deshace a su antojo, y lo arroja hacia abajo y nada pasa.

La policía brilla por su ausencia y el famoso Subsef y todos los organismos de control hacen la vista gorda, cuando en la previa le exigen a River dejar pulmones como el de la Centenario Alta  inhabilitando más de 3.000 lugares. Ahora, cuando uno va a la cancha de Boca, en la tercera bandeja, no existe pulmón que separe a los hinchas más que un vidrio y una reja.

Esperamos con ansias el parte oficial del club comentando qué medidas tomará nuestro querido River Plate para ser resarcido por los daños causados y, a su vez para, sentar un antecedente y cuidar la integridad física de sus socios que, esta vez y de milagro, lo pueden contar. Repudiable desde todo punto de vista.

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