2 oct 2010

Animales que ya no podemos ver (Parte 1)

 Parte 1: - El Dodo
- El Tigre de Tasmania   
- El Rinoceronte Lanudo  
El Dodo


El dodo (de nombre científico Raphus cucullatus), vivió en nuestro planeta hasta hace  poco, concretamente hasta el siglo XVII. Era un ave no voladora, y únicamente vivía en las Islas Mauricio. Cuando los colonizadores portugueses llegaron a la isla por primera vez, se la encontraron llena de estas maravillosas aves; pero los portugueses no vieron en ellas a un animal muy inteligente (quizás porque no podían volar) y les pusieron como nombre "dodo" (que viene a significar "tonto" ).

El dodo tenía un tamaño considerable para ser un ave: Medía un metro de altura y pesaba entre 13 y 25 kilos. Su pico, de 23 centímetros, terminaba en forma de garfio para romper cocos, y sus pequeñas alas le impiden volar y soportar su peso . Como consecuencia de ello, anidaban en el suelo.
 
Tradicionalmente, siempre se ha visto al dodo como un animal gordo, tonto y pesado. Basta con decir que el primer nombre científico que se le dio fue el de "Didus ineptus". Pero, para orgullo del dodo, los científicos actuales ponen en duda esas afirmaciones. Ellos creen que los estudios científicos sobre el ave tomados en esa época se hicieron con dodos domésticos, no salvajes. Y, según parece, un dodo doméstico tiende a coger rápidamente sobrepeso, ya que se combina su gran apetito con comida de sobra. Actualmente no se tiene muy claro qué comían, pero mayoritariamente se piensa que se alimentaban del fruto de un árbol llamado Tambalacoque.

Los científicos creen que el dodo procedía de las palomas que migraban de África y Asia, que, al asentarse en una isla libre de depredadores, se hizo innecesaria la capacidad de vuelo y se atrofiaron sus alas. El animal vivo que más relacionado está con el dodo es la paloma de Nicobar.


¿Pero qué o quién destruyó a los dodos? En este caso, y para vergüenza nuestra, la respuesta es rotunda: el ser humano. Fue una destrucción rápida: Las primeras noticias que se tuvieron sobre el dodo fueron en el 1574; para el año 1690 se habían extinguido todos. ¿Por qué? ¿Por qué fue tan rápido? 
 
Lógicamente, porque el dodo evolucionó sin contacto humano, vivía aislado en su isla y no tenían ninguna protección contra nuestra especie. No tenían defensas contra los depredadores, y menos contra nosotros.
 
El ser humano introdujo en la isla animales que nunca habían pisado ese suelo, como cerdos, perros, gatos y ratas. Si sumamos el daño de estos animales desconocidos, el daño del ser humano, la destrucción de sus bosques y el daño de las plagas extendidas por los europeos, no es de extrañar que este animal sólo resistiera un siglo con nosotros.
 
Y así es como se fue un animal único, un animal que sólo necesitaba una pequeña isla para sobrevivir. En su honor, el escudo de Mauricio incluye en su izquierda a un dodo. 
 
 
Por su parte, Lewis Carroll inmortalizó al dodo en su obra Alicia en el país de las maravillas donde hace acto de aparición.
 


El tigre de Tasmania


El tigre de Tasmania, también conocido como lobo de Tasmania o lobo marsupial, es otro de esos animales que han vivido en nuestro planeta hasta hace poco. De nuevo, esta también es una historia de enemistad con la humanidad.

El tigre de Tasmania, de nombre científico "Thylacinus cynocephalus", vivió con nosotros hasta el siglo XX. Cuando este animal entró en contacto con el ser humano, habitaba bastantes zonas de Australia, Nueva Guinea y la isla de Tasmania. Los primeros humanos en ver al tigre de Tasmania fueron los aborígenes australianos, que ya en el año 1000 a.C los representaron en pinturas rupestres y petroglifos.  

Un adulto tenía de media 100 a 180 cm de longitud, con una cola nada despreciable de 50 a 65 cm y un peso de entre 20 y 30 kilos. Las hembras, al igual que el resto de los marsupiales, tenían un marsupio para las crías (como los canguros), pero abierto hacia la parte distal del cuerpo; mientras tanto, los machos tenían un bolsillo escrotal. 

El tigre de Tasmania era exclusivamente carnívoro. Entre su dieta, estaban los canguros, diferentes pájaros (como el emú) y el walabí. Su estómago era bastante fuerte y le permitía tomar grandes cantidades de una sola vez (para compensar así períodos de escasez). Según su esqueleto, se cree que su forma de cazar se basaba en perseguir a la presa hasta que la agotaba (es decir, no se basaba en la velocidad, sino en ser más resistente que su rival).

Y hablando de comida, uno de sus signos más característico era su poderosa mandíbula. Gozaba de 46 dientes, pero el rasgo más importante era su ángulo de apertura. Podía abrir la boca de una forma asombrosa.

Se dice que este animal sufrió una "extinción doble". En realidad, el animal no se ha extinguido y ha vuelto aparecer, sino que se extinguió primero en Australia (hace miles de años) y luego en Tasmania (hace apenas 100 años). Es decir, los humanos eliminamos a este animal en dos lugares diferentes y en dos épocas diferentes.

La primera de ellas, como ya hemos dicho, fue hace miles de años. Los aborígenes australianos ya conocían a este animal. Como prueba de ello, en las pinturas rupestres del Parque Nacional Kakadu, se representa a humanos cazando a este animal. También influyó la presión del Dingo, un competidor suyo a la hora de cazar.

Sea como sea, el animal desapareció de Australia y Nueva Guinea hace aproximadamente 2000 años, quedándose relegado únicamente a la pequeña isla de Tasmania y convirtiéndose así en una especie endémica de la isla.
 



Cuando los primeros exploradores llegaron a Tasmania a finales del siglo XVIII, enseguida notaron la presencia de este animal:  

Desde el principio de la colonización, los humanos y los tigres de Tasmania mostraron una relación de incompatibilidad. Los granjeros allí establecidos se quejaban de que estos animales mataban a sus gallinas, por lo que en el siglo XIX, tanto empresas privadas como el propio gobierno, empezaron a ofrecer recompensas por cazar a la especie.

A finales de los años 20 del siglo pasado, la situación de la especie ya era crítica y se empezó a proteger la especie como se pudo. El último tigre de Tasmania salvaje conocido murió en el año 1930 a causa de un disparo humano. Pero en cautividad todavía quedaban algunos. 

El último tigre de Tasmania conocido estaba en cautividad, y fue capturado en 1933. Conocido como "Benjamín", vivió durante tres años en el "zoo de Hobart", donde fueron tomados vídeos sobre él. 
 
Oficialmente, este animal está extinto, aunque ciertas personas afirman haberlo visto. Ninguna de estas "afirmaciones" están confirmadas, y sólo son testimonios sin pruebas, pero quizás haya algo de esperanza y algún día podamos volver a ver a este animal. Pero, como hemos dicho, no hay ninguna prueba científica de su existencia.

Como homenaje suyo, el escudo de Tasmania tiene dos tigres de Tasmania en los laterales, y desde 1996, cada 7 de septiembre en Australia (día que murió el último animal de la especie) se celebra el "Día Nacional de las Especies Amenazadas".
    

   
 El Rinoceronte Lanudo

El rinoceronte lanudo, de nombre científico "Coelodonta antiquitatis", vivió durante el Pleistoceno y tuvo su "apogeo" hace aproximadamente 30000 años. Nuestros antepasados conocieron a estos animales, y prueba de ello son las numerosas pinturas rupestres en las que se muestra a este animal.

Era una especie muy robusta y grande. Un adulto tenía una longitud de 3,7 metros, pero podían llegar a medir hasta 4,5 metros. Respecto a la altura, llegaban a la nada despreciable cifra de 2 metros. Eran gruesos y con una piel robusta, tenían unas orejas pequeñas, unas patas muy firmes y un pelaje muy denso de color marrón oscuro.

Pero, sin lugar a dudas, el aspecto más destacable de este animal era su enorme cuerno. Podían llegar a alcanzar longitudes enormes, aproximadamente de 1 metro. Pero tiene más particularidades.

Los cuernos se usaban como método de defensa contra otras especies y contra los propios rinocerontes lanudos. También se usaban como rasgo sexual, en época de celo había encarnizadas peleas. Pero se le daba un uso más, servía para quitar las grandes capas de nieve del invernal suelo siberiano. Lógicamente, ese cuerno plano le era de gran utilidad para esa labor y le evitaba la obligación de hacer migraciones en invierno.

 
El rinoceronte lanudo estaba perfectamente adaptado a su medio. Además del ya mencionado cuerno plano, podemos destacar el rasgo que le da nombre: su pelaje. Era muy denso y, según se ha podido averiguar mediante las pinturas rupestres y los ejemplares congelados, tenía un color muy oscuro. Este rasgo era de vital importancia para sobrevivir a las duras glaciaciones que azotaban esa época, concediéndoles una protección inigualable contra el frío.

Esta buena adaptación es la causa de su escasa extensión por otras zonas, como América o Irlanda. Nuestro rinoceronte lanudo se quedaba en su estepa o tundra, y sólo hacía migraciones buscando el frío.

Los expertos piensan que era herbívoro, más concretamente, se alimentaba pastando. Esta teoría es apoyada por el estudio de la forma de los dientes y por el dato comentado anteriormente sobre el cuerno. Y esta teoría gana más puntos al comprobar su estómago en ejemplares congelados, ya que estaba especializado en digerir celulosa.
 

Al principio del artículo hemos dicho que su mejor época se dio hace más o menos 30000 años; pues bien, la época de extinción se dio mucho más tarde, aproximadamente en el 8.000 a.C. Las causas son más bien naturales.

Ciertamente, los humanos y los Neanderthal probaron a cazar a este animal, pero los resultados no parecieron ser muy favorables. Esta vez la culpa no es nuestra, únicamente es debido el clima.

Nuestro rinoceronte lanoso estaba tan acostumbrado al frío y sus tundras que el retroceso de la época glacial que se dio en esa época resultó fatal para su supervivencia. El retroceso de los glaciales, el aumento de las temperaturas, todo ello redujo la zona de extensión de este animal y, poco a poco, lo llevó a la muerte por inadaptación. La evolución dejó atrás a este animal, no pudo adaptarse a la nueva época que se le venía encima.
 

En nuestra época, una de las mayores fuentes de información sobre este animal son los restos congelados. Se han encontrado numerosos rinocerontes lanudos congelados y en perfectas condiciones. Por ejemplo, en 1929, en Ucrania, se encontró un ejemplar perfecto, con huesos, carne, pelos y cuernos. Gracias a este tipo de hallazgos, se han podido determinar datos que antes eran imposibles de fijar, como el tipo de pelaje (por ejemplo, gracias a ellos, se sabe que tenían una línea de color negro atravesando su coloración marrón) o el tipo de alimentación, determinados a partir de las características del estómago y otros órganos.

Además, sumándose a la gran cantidad de hallazgos congelados, también tenemos pinturas rupestres que representan la inmensidad de estos animales, con sus grandes cuernos y su enorme tamaño, capaz de intimidar a cualquiera.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola, lindo blog.

Sara dijo...

Debemos estar atentos a este tipo de cosas porque la extinción de estas especies puede suceder hoy en día también creo que tenemos que tener mucho más cuidado y respeto por la naturaleza por ejemplo yo tengo un comercio venta de ropa por mayor donde usamos solo telas ecológicas.